Ayer me llegaba un mensaje a Instagram: «Se va a postular tu ‘amigo'(por Javier Milei), nomás 🤦🏻‍♀️ gracias a esto va a ganar el Kirchnerismo, sabelo eeeh». Le respondí que de un día para el otro no se pueden cambiar las cosas, y JxC (Rodríguez Larreta) no va a adecuarse para negociar con Milei e ir juntos en 2023.

Es cuando surge, «No es posible una Argentina sin peronismo». En 2020, comentaba en un artículo («Los cimientos de la vieja argentina comienzan a crujir«) que el escenario 2021, iba a ser entre kirchneristas y peronistas «republicanos», muchos veían imposible la regeneración de la tercer vía de Perón, y hoy vemos como si existe un grupo que ve al capitalismo como sinónimo de progreso.

No es posible una Argentina sin peronismo, y un sector imperante del liberalismo lo sabe ¿Se imaginan 4 años más de Kirchnerismo? Suena horrendo, no creo que nos merezcamos tanto mal.

La nueva derecha ya es protagonista, y entendió el juego de la rosca y el de seducir a la ciudadanía. Se dió el pacto entre conservadores y progresistas, y la estrategia es demostrar que se puede recuperar aquella Argentina que asombró al mundo alguna vez, y sí, necesitan del peronismo.

Una alianza con un sector del peronismo te da garantía de estabilidad, se puede avanzar en el territorio con políticas más audaces.

Desde el liberalismo no apuestan a la construcción en el corto plazo (y que eso signifique presentarse en 2023 como La Libertad Avanza y no en un frente con JxC, apostando a la fragmentación) sino más bien es de acá a 6 años. El plan es sencillo, demostrar que desde el ámbito legislativo se pueden introducir cambios reales, cambios que le generen menos dolores de cabeza al ciudadano, e ir generando las condiciones para cuando busquen nuevamente el gobierno en 2027. Insisten en la inutilidad de JxC, y se apoyan en el hartazgo de la gente hacia la gestión del gobierno nacional y del mala representación de un sector de Juntos por el Cambio. Apostaría que se espera una fuga de dirigentes hacia el frente de Javier Milei.

Para ganarle al Kirchnerismo en las provincias se necesita de más peronismo, y el liberalismo tomó riesgos, se involucró en la batalla que se da en la calle.

Hoy podríamos decir (suavemente que se desmorona) que los cimientos de la vieja argentina están comenzando a crujir, y vemos cómo la luz entra por la grieta.

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