Se viene el final de una historia que marcó a todo un país.

La Argentina está estancada. No sólo en lo económico, sino en lo institucional e ideológico. Se ha convencido a gran parte de la sociedad que el Estado es un amigo que te va a dar todo aquello que no logres conseguir por propio esfuerzo; cuando el esfuerzo individual y colectivo es imprescindible para el crecimiento y progreso social.

Tenemos un gran desafío como ciudadanos, que es difundir entre nosotros las ideas que cada individuo pueden desarrollarse sin depender directamente del Estado, “el hombre, el individuo, siempre ha sido, y necesariamente es, la única fuente y fuerza motora de la evolución y el progreso. La civilización ha sido una continua lucha de individuos o grupos de individuos en contra del Estado[…]” (Emma Goldman, Individuo, sociedad y Estado)

Loco, tenes la capacidad de transformar tu vida, podés ser competente sin la ayuda del estado. Del esfuerzo y voluntad es de donde sale la mejora individual. En eso no hay atajos. Un país progresa cuando se estimula y canaliza productivamente las energías creativas de sus habitantes, ¿Es el caso de Argentina? La verdad es que cada vez son más quienes se animan a emprender y se chocan con la realidad de que al momento en que te querés levantar, viene el Estado con un palo y te la da en las piernas, esa realidad los despierta y los lleva a incursionar nuevas ideas.

El fracaso de un gobierno peronista, estamos presenciando algo nunca antes visto. Un gobierno que dejó a una nación más dividida que en el 2001, un gobierno que quiere más a los delincuentes que a sus ciudadanos de bien que son quienes los mantienen pagando sus impuestos, invirtiendo tiempo y dinero para generar empleos y riqueza. Están matando a aquellos hombres y mujeres capaces, competentes, productivos e independientes de este país.

Argentina es un desastre y un levantamiento de los ciudadanos es inminente, el odio hacia los políticos ya sean Kirchneristas o de la oposición está más presente que nunca, todos son responsables de que mucha gente en el país esté sufriendo, y no nos olvidemos de la justicia, es uno de los mayores responsables de que Argentina esté como esté, porque cuando tuvo que juzgar, condenar y sacar del poder a toda la lacra política se ajustaron la corbata y miraron para otro lado.

Han convertido a la Argentina en un país sin recursos y con un ejercito de desocupados, la sociedad está sumergida en la pobreza y la frustración. Vas caminando por la calle y lo único que ves son rostros tristes, desanimados, preocupados, cansados. Esos rostros de frustración, de no saber qué va a pasar mañana son el reflejo de un presidente ausente, desde el 10 de diciembre Argentina NO TIENE un presidente.

Entre 1950 y 1990 la Argentina fue uno de los países con peor desempeño económico del planeta.  Se inició un proceso de empobrecimiento sistemático que afectó cada vez más a vastos sectores de nuestra sociedad. Durante ese medio siglo, la Argentina sufrió además otros problemas graves: tuvo la inflación más alta del mundo entero y un crecimiento del comercio externo de los más bajos. Como que la historia se repite, Argentina tiene su tiempo contado y muchos estamos pensando en si vale seguir viviendo en esta tierra corrompida.

La incertidumbre en el corto plazo es bestial, no son días gratos para la República Argentina. Los ánimos en los barrios siguen cambiando para mal, esto ya no se aguanta. Por más plata que vos le des a las personas, no alcanza porque se desvaloriza de la noche a la mañana. Dije varias veces, que Septiembre iba a ser un caos, la gente se iba a empezar a levantar contra el gobierno. Estamos presenciando un creciente proceso de separación entre el gobierno y la gente.

75 años de peronismo, están más grotescos y sucios que nunca. Volvieron con más odio, ellos buscan incitar a un sentimiento que te pueda llevar a eliminar al contrario. El odio es una herramienta política que Maquiavelo considera poco óptima para el rendimiento político y poco beneficiosa para la gobernanza. Alguien dijo alguna vez, lideres excesivamente odiados pueden ser suprimidos violentamente. El odio como el terror es un instrumento político.

A algunos les parecerá algo violento, pero se me viene a la mente la Revolución Francesa, mientras las arcas del poder apoyaban una guerra innecesaria entre Inglaterra y Estados Unidos, un rey que era un completo boludo y una reina que sólo vivía para probarse sombreros con pajaritos. Se estaba despertando algo que terminó en una revuelta sangrienta que duraría 10 años, y cortándole la cabeza a los reyes, ¿A qué te recuerda?

Hay esperanzas, siempre, mientras tengamos confianza. Nuestro país aún no pierde el alma, es nuestro rol como ciudadanos seguir firmes trabajando y luchando porque Argentina vuelva a ser una GRAN NACIÓN! Defendamos la libertad y pregonémosla para así estar cada día un poquito más cerca de terminar con tanta decadencia que tanto mal nos ha hecho.

Si nos orientamos desde la visión de que somos un país potencialmente rico, esencialmente bien dotado de recursos humanos, culturales, naturales y productivos, que se está empobreciendo gradualmente, pronto convertiremos nuestras potencialidades en realidades y volveremos a ser una de las naciones prósperas del mundo”. (Manuel Mora y Araujo, 2002)

* Gracias Silvina Pais por la corrección

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