La política es una actividad pública que requiere de una gran responsabilidad y compromiso.
Los políticos son elegidos por los ciudadanos para representar sus intereses y velar por el bienestar común. Sin embargo, en muchas ocasiones, nos encontramos con que nuestra dirigencia política parece estar más interesada en conseguir likes que en ponerle cloacas a un barrio o poner en condiciones las calles para que acceda un patrullero o una ambulancia.
Las redes sociales son una herramienta de comunicación y marketing muy poderosa, y los políticos no son ajenos a las tendencias que surgen cada día y que los puede ayudar a conectar con su electorado, están dispuestos a entregar mucho por ese «ridículo» que los catapulte a ser tema en twitter o en algún programa en la TV.
En este sentido, es comprensible que los ciudadanos se sientan frustrados con esta clase de políticos que utilizan las redes sociales de manera frívola. La política no es un espectáculo, por más que nuestro presidente maneje su gabinete como un circo, no significa que la política lo sea.
Creo que nuestra dirigencia política necesita que le recordemos que si no se enfocan en las necesidades reales del pueblo, y trabajan para solucionar los problemas que les afectan, los podemos echar.
En definitiva, los ciudadanos esperamos de nuestra dirigencia una conducta seria y comprometida, responsabilidad y vocación de servicio, y no payasos que busquen hacernos reír.
